Lento despertar.
Recojo ramas pendientes, es mi sino.
Vermú estilo local.
Comida a las 17:00 h.
Salgo para el pueblo vecino, donde se celebra un concierto junto a una ermita y con visita previa al yacimiento arqueológico. El yacimiento es muy interesante (varias murallas: tardorromana, visigoda y árabe), con emplazamiento en un cerro sobre el río Eresma, roquedo de pizarra y con unas vistas espectaculares. Me encuentro con viejos conocidos: seguimos viajando en el tiempo, también en lo personal. El concierto (piano y soprano) empieza más tarde de lo previsto. Viento y mala acústica. En este caso, me canso pronto, no disfruto como me pasó en el otro concierto. Qué se le va a hacer. Así, que aprovecho para hacer fotografías del entorno y de la puesta de sol.
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