Estos chicos del cedro no vienen a cobrar. Ya llamarán, me digo. Así que adecento como puedo la “pradera”, de los efectos de la tala y la poda de los últimos días y me dispongo a iniciar otra jornada turística. Y es que quedan muchas cosas por ver.
A través el Google Maps, descubro que en un pueblo vecino hay un yacimiento arqueológico sobre una villa romana. Oh, sorpresa. Allá me encamino. En poco más de media hora estoy en la zona, pero no hay ninguna señalización. Por fin lo encuentro. Hay que dejar coche en un supuesto aparcamiento y seguir andando por un camino arbolado.
El yacimiento está en un secarral. Dispone de numerosos carteles informativos y en algunas zonas, parece que se han consolidado los muros de la villa, en alguna de las campañas arqueológicas. No es difícil hacerse una idea de como era la villa, pero faltan los mosaicos. En uno de los carteles se informa que se encuentran en el aula arqueológica del pueblo. Bueno, bueno, qué modernez. Allá voy.
El aula se encuentra en una pequeña iglesia románico-mudéjar, restaurada para este fin. Gran acierto. Y la verdad, es una auténtica sorpresa. No solo contiene mosaicos y diversos objetos arqueológicos (monedas, cerámicas, sarcófagos, etc.) sino toda una recreación de como era la villa y sus habitantes, en diversas épocas, con un marcado carácter didáctico. ¡Ojalá, existiera algo así en otros pueblos con patrimonio arqueológico!
¡Chapeau! Felicité a la encargada y todo.
Y por la tarde, después de la sacrosanta siesta, me animo a conducir hasta Coca, ciudad de origen romano, conocida sobre todo por su monumental castillo. Pienso que con la luz del atardecer, las fotos pueden quedar bien chulas. También se encuentra siguiendo el valle del Eresma, en un radio de media hora.
Atravieso los pinares que hacen famosa la comarca. Cuando llego, aviso de cortes de calles por fiestas. Vaya. Tras un par de vueltas, decido aparcar e ir andando.
Efectivamente, la visita al castillo no desmerece, aunque sea solo por fuera. El atardecer tampoco.
Agotado por el calor, vuelvo al pueblo. Hoy toca cena en casa de mis primos.
Queda solo un día para la luna llena, pero luce espectacular.